Gato Fosa





El gato fosa es un mamífero carnívoro originario de Madagascar, que depreda al lémur de collar blanco y negro. Desde 2008, se encuentra en estado vulnerable debido a la disminución de su población en más de un 30% en los últimos 21 años, principalmente por la pérdida de su hábitat y su caza por ser considerado un depredador de animales de granja y un "diablo". Sin embargo, ya se tenían datos que sugieren su peligro de extinción desde el año 2000.

La fosa es un mamífero carnívoro nativo de Madagascar. Aunque inicialmente fue descrita como un felino debido a su similitud física con gatos, civetas y mangostas, su clasificación taxonómica ha sido objeto de debate. Es importante no confundir la fosa con la civeta de Madagascar.

Características:

Físicamente, las fosas tienen un cuerpo alargado, musculoso y ágil, con un pelaje corto que va del leonado al rojizo. Las hembras son ligeramente más pequeñas que los machos, con un peso medio de entre 6 y 10 kg. Tienen un hocico corto con largos bigotes y una cola de entre 60 y 80 cm. Las garras de las fosas son cortas, curvadas y retráctiles, al igual que las de los gatos. Una característica curiosa de las fosas es que caminan apoyando enteramente los dedos y la pata, tanto en las patas delanteras como en las traseras. Tienen orejas redondeadas y son animales con un gran sentido de la vista, el olfato y el oído. Son animales solitarios y activos tanto de día como de noche. Se comunican mediante sonidos y huellas químicas, que no solo delimitan el territorio, sino que también proporcionan información sobre la disponibilidad de las hembras para aparearse.

La fosa habita en todas las zonas boscosas de Madagascar, aunque se le puede encontrar más comúnmente en las zonas boscosas secas. Estos bosques tienen árboles separados entre sí y una vegetación herbácea y arbustiva abundante entre ellos.

Amenazas:

La fosa enfrenta diversas amenazas que están contribuyendo a su disminución en población. Una de ellas es la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la expansión de la agricultura y la ganadería en Madagascar. Además, la caza de la fosa es una práctica común, a pesar de que está protegida por el gobierno. Los cazadores suelen perseguirla por considerarla un animal diabólico que rapta bebés y por su supuesta capacidad de hipnotizar a las personas lamiéndoles la cara antes de devorarlas, aunque estas creencias son completamente falsas. También hay casos en los que se utilizan ejemplares de fosa para obtener remedios medicinales. Otra amenaza que enfrenta la fosa es la disminución de sus presas principales, como los lémures, que también están en peligro de extinción. Además, la depredación por parte de otros carnívoros, como los perros asilvestrados, también puede ser un factor de riesgo para la supervivencia de la fosa.

Alimentación:

Las fosas se alimentan principalmente de lémures, que son su presa principal, así como de otros pequeños mamíferos, roedores, reptiles, aves y ocasionalmente insectos. También se sabe que cazan gallinas y otros animales de granja, lo que las pone en conflicto con los humanos.

Se lleva a cabo la captura de ejemplares vivos para recopilar datos sobre su peso y medidas, además de vacunarlos contra la rabia. También se colocan radio collares para seguir su expansión territorial. El gato fosa se encuentra en varias reservas protegidas de Madagascar, pero aún no cuenta con la protección adecuada por parte de la legislación debido a incoherencias entre las leyes nacionales y locales.

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